viernes, 6 de septiembre de 2013

Capítulo 1

-Por favor. 
-No. 
-Vamos, Katie, no me hagas esto...
-No me llames Katie. Sólo mis amigos lo hacen, y que yo sepa, hasta hace diez minutos no me dirigías la palabra. 
Kate observó a la rubia con la misma presunción que ésta le había demostrado los últimos cuatro meses, desde que había entrado a trabajar allí. 
Catherine Brandon, Kate o Katie para sus amigos, estaba en sus casi dieciocho, y desde los dieciséis había estado trabajando en diferentes empleos. De niñera a camarera, incluso una vez, una amiga le consiguió aparecer en una revista de modas. Un par de fotos que a ella no le gustaron, y por eso dejó ese trabajo. 
Cuando el anterior café en el que trabajaba cerró, la chica se desesperó, pero por suerte encontró un puesto en el Cafe Roxy, del Westfield Shopping Centre, y todo cambió. 
Roxanne, la dueña del local, era una mujer muy amable y comprensiva con todos sus empleados, aunque era muy estricta sobre aquellos que no hacían sus deberes. En los últimos meses, varias chicas perdieron el trabajo por llegar tarde o descansar cuando no debían, y la mayoría eran amigas de Ashley, quien decidió echarle la culpa a Kate. 
A la chica no le interesó en lo más mínimo que Ashley Summers le hiciera la "ley de hielo". Era la persona más arrogante y vanidosa que conocía, y sólo tenía una única neurona que le permitió comprender que si aparentaba mostrar interés en el trabajo, podría conservarlo. Sólo le sirvió para eso. 
Entonces, cuando Kate llegó a trabajar a las cuatro, se encontró con una amable Barbie humana. Según le había dicho, hoy en el Westfield Shopping Centre, su banda favorita firmaría autógrafos, durante el horario de su trabajo, y como era una oportunidad única, Ashley quería asistir.
La única forma de no asistir al trabajo, era si intercambiabas horarios con algún compañero, y los otros tres empleados que trabajaban de camareros se habían negado. Sólo le quedaba pedírselo a "la novata". Es decir, a Kate. 
-Vamos, Kate.-pidió Ashley, juntando sus manos.- Es sólo por hoy. Prometo que voy a cubrir tu puesto en la próxima...
La otra juntó las cosas de una mesa que se acababa de vaciar. 
-Olvídalo.-gruñó, yendo hacia la cocina. 
Ni aunque la rubia fuera su mejor amiga, aceptaría hacerlo. Conocía lo suficiente a Ashley como para saber que ella jamás la suplantaría.
-Está bien, no pienso venir en otro día y horario que no sea Martes y Jueves de 16 a 20 horas...
¡Y encima lo admitía!
-... pero yo sólo quiero ausentarme unos minutos.-continuó.- Mis amigas están haciendo la fila desde hace cuatro horas, y les queda unos treinta minutos. 
-Entonces, sales cuando les quede dos minutos, y sólo tardarás unos cinco.-propuso la otra. 
Puso las cosas sucias en la pileta y se dispuso a marcharse lo más pronto, pero Ashley no le dejó. 
-Como si fuera tan fácil. ¡Llegar hasta allí me tomará años si no voy ahora! Vamos, Kate. Es un pequeño y mísero favor...
Hizo el puchero más infantil que una adolescente de casi veinte años podía hacer. 
-Deberías aceptar.-intervino una voz, y ambas se giraron a ver a una chica alta, de pelo negro y piel morena. 
Helen, la hija de Roxanne y segunda al mando de la tienda, estaba en la entrada de la cocina de brazos cruzados. Había ido a ver por qué una de las más responsables empleadas se tardaba tanto, ya que no era normal que lo hiciera. Era su empleada favorita. 
-¿De verdad?-preguntaron ambas, sorprendidas. 
Sobre Ashley, era otra historia. Ambas se detestaban, y la morena detestaba admitirlo, pero cuando la otra se esmeraba, hacía muy bien su trabajo. Aunque no le extrañaba que tardara más tiempo del normal en hacer las cosas de vez en cuando. Pero esa era la primera vez que Helen defendía a la rubia. 
-Sí. Me encantaría no ver tu cara de princesita por un tiempo.-explicó, mirando a Ashley, quien se cruzó de brazos y la miró ofendida. La otra le ignoró y sonrió a Kate.-Vamos, Katie. Imagínate una hora sin la Princesa Barbie. Además, no hay muchos clientes, y mi madre te pagará extra. Así que acepta, y todos saldremos beneficiados: yo me libro a la Barbie, la Barbie tiene su dichoso autógrafo, y tú tienes dinero extra. 
Ashley resopló. 
-Para que lo sepas, One Direction no es una banda cualquiera, sino que es la mejor y más..-Helen levantó una mano, callándola. 
-No me importa. ¿Aceptas?-miró a Kate. 
La chica se llevó un mechón castaño suelto detrás de la oreja, suspirando. Una hora sin Ashley no le vendría mal a nadie. 
-De acuerdo. 
El chillido de alegría que la rubia lanzó perforó los tímpanos de las otras dos, y Kate se sorprendió al sentir los brazos de la chica rodeándola, antes que se percatara de lo que hacía y se soltó. 
-Gracias.-dijo, antes de dirigirse a los vestidores. 
La castaña suspiró. 
-Siento que acabo de hacer un trato con el diablo.-murmuró. 
Helen rió. 
-Algo parecido. Te has sacrificado para liberarnos por una hora de esa.-se cruzó de brazos.-Y ahora tienes el doble de mesas por atender. 
-No me lo recuerdes. 

Por suerte para Kate, como Helen le había dicho, no había tantos clientes para atender ese día, así que, aunque tuviera que atender catorce mesas en vez de siete, tenía mucho tiempo libre. 
Mientras limpiaba las mesas, podía ver a las decenas de fanáticas de la banda correr y gritar emocionadas por las ventanas del local. Negó con la cabeza al ver a una llorar de la emoción. 
-¡Ey, Katie!-le llamó Greg desde la cocina. 
Ella se giró al ver al jefe de los cocineros hacerle señas con la mano para que se acercara. 
-¿Qué pasa?
-Es tu turno de llevar la basura.-señaló un carro con ruedas donde los empleados tiraban la basura. Era enorme, y tardaban casi un día en llenarlo. 
Asintió y se sacó el delantal, quedándose sólo en una camisa corta de color verde crema y una falda a juego. 
Salió del lugar, yendo por el pasillo de empleados, y fue hasta un ascensor, escuchando más gritos a lo lejos, como si en cada momento se desesperaban a cada segundo. Tocó el botón de la Planta Baja y aguardó. 
Después de pasar por otro pasillo, salió por una puerta de servicio hacia el estacionamiento, y notó que hacía demasiado frío, por lo que apuró el paso. 
Llegó hasta donde estaban los enormes contenedores de basura, y abrió la tapa del carro, cuando notó que, detrás de uno de los contenedores, había un montón de pelo rizado. 
Se inclinó y vio, con sorpresa, a un chico de pelo marrón rizado, que le miraba con algo de miedo. 
Se miraron ambos por unos segundos. Ella vio que usaba una chaqueta negra sobre una camisa gris y pantalones oscuros. En su pelo había una bandana doblada como una vincha y atada por las puntas, impidiendo que parte de su melena rizada le cubriera el rostro. 
-¿Hola?-preguntó ella, confundida. No todos los días veía a un extraño chico detrás de la basura con aspecto de esconderse de la muerte misma. 
El chico se sobresaltó, y miró a ambos lados, nervioso, antes de volverse a ella. 
-Por favor, no grites.-pidió éste. 
Kate inclinó la cabeza a un costado, sin comprender. 
-¿Qué?
-Que no grites. Mira. Si quieres, te consigo entradas en primera fila, o pase VIP, o lo que sea, pero no le digas a tus amigas que estoy aquí...
La castaña levantó ambas manos, para que parara, mientras negaba con la cabeza. 
-¿De qué hablas? ¿Por qué gritaría? 
Ahora era el chico el que estaba confundido. 
-¿No...no eres directioner? ¿No me estabas buscando?
-No.-respondió ella, recalcando lo obvio.-Yo estoy trabajando, y no sé por qué te estaría buscando... y ¿qué es directioner? 
El chico abrió la boca, sorprendido. Tardó unos momentos en reaccionar. 
-Yo soy Harry, Harry Styles. ¿Nunca escuchaste hablar de mí? ¿Nunca escuchaste sobre One Direction?
-No...-entonces recordó.-¡Ah, sí!-sonrió, recordando la banda que Ashley le había mencionado.-¿Eres de One Di...?
No pudo continuar, porque el chico saltó hacia ella y la agarró de la cintura, tirándola al suelo, con el suficiente cuidado de no lastimarla, y le tapó la boca. Kate intentó gritar, pero él no la dejó. 
-Shhh. ¿Estás loca?-le preguntó.-Te voy a soltar, pero tienes que prometerme que no vas a gritar. En serio. No voy a hacerte daño, por favor. 
Ella se cayó y le miró con el ceño fruncido, pero no hizo ademán de volver a moverse o gritar. 
Harry sacó su mano y suspiró aliviado, al ver que ella le hacía caso. 
Cuando se separó de ella, Kate se puso de pie y apoyó ambas manos en su cadera. 
-¿Qué demonios te pasa?-el chico se sobresaltó.-¿Por qué demonios...?
Otra vez se vio interrumpida, porque el castaño se puso a su altura y le tapó la boca. 
-Prometiste que no ibas a gritar.-le reprochó. 
Ésta vez, Kate logró soltarse, echándose hacia atrás. 
-Discúlpame por ser tan descortés.-le replicó.-No suelo ser así con extraños que me tiran detrás de botes de basura y me tapan la boca...
Harry la miró atónito, antes de sonreír. 
-¿De verdad no sabes quién soy? 
-Claro, eres Harry Styles. Eso dijiste, ¿no? 
-Sí.-miró alrededor.-Pero no lo grites, por favor. 
La castaña suspiró. 
-De acuerdo, no lo haré.-le rodeó y volvió al carro, donde estaba la basura.-Ahora si me disculpas, tengo que seguir trabajando...
-No vas a dejarme solo aquí, ¿o no?-preguntó Harry, siguiéndola. 
Kate le miró sorprendida. 
-¿Acaso tengo cara de querer ayudar a un extraño? 
-No soy un extraño, soy...
-Sí, ya lo sé.-le cortó ella, exasperándose.-Y después me pides que no diga tu nombre...-masculló. 
El chico la miró, curioso. 
-Entonces, ¿vas a ayudarme? 
Kate se cruzó de brazos. 
-¿Qué necesitas que haga?-preguntó, aceptando ayudarle. 
El otro sonrió, marcando sus hoyuelos en cada punta de la sonrisa. 
-Necesito ir a donde estábamos firmando autógrafos. Está rodeado de fanáticas, por supuesto, y encima hay otras que se enteraron de mi desaparición, y por eso ahora el shopping es un campo lleno de minas. Debo tener cuidado, pero...
-Entiendo, entiendo.-le cortó ella, mirando la entrada del lugar, que ahora estaba vacía.-Supongo que te reconocería cualquiera, ¿no?
-Exacto. 
La chica se llevó una mano a la barbilla, pensativa, y sus ojos fueron al carro de la basura, donde las bolsas todavía estaban puestas. 
Sonrió. 
-Lo que necesitas es un disfraz.
Harry ladeó la cabeza, confundido. 
-¿Vas a traerme ropa? 
Kate negó con la cabeza. 
-No. Te voy a convertir en la cosa más insignificante del mundo.-declaró. 

Holis! Muchas gracias por leer el cap. Muy pronto publico el segundo, espero que les guste mucho la historia ^^



1 comentario:

  1. Parece que será bueno la historia. ¿Harry Style, El Famoso Harry Style, detrás de un cubo de basura? ¡¿Cómo a podido pasar?! D:
    ¡Síguela!

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